miércoles, agosto 27, 2008

El Raúl Madrid

Ya es definitivo. El cáncer se ha extendido pudriendo todo el cuerpo del enfermo. El Real Madrid se ha convertido en el Raúl Madrid.

Hace unas temporadas me llamó la atención un comentario que oí en un partido. El Pollo había cometido una falta sobre un rival, una de esas faltas que hace, es decir, trastabillar al contrario intentando llegar a un balón imposible, una de esas que acrecientan el mito para que los asistentes al espectáculo -palillo en boca, caña en la barra y restos de la tapa de callos a la madrileña al lado- pudieran acrecentar la leyenda polleril con los típicos "es que es el único que lucha", "no da un balón por perdido" y demás. El caso es que el comentarista, quizás también con su palillo en la boca, soltó que, independientemente de lo bien o mal que estuviera, Baúl llevaba con mucha dignidad el brazalete y era un representante de lo que suponía jugar en el Madrid, ya que siempre daba la mano al rival tras la falta, dando a entender que se trataba de un lance del juego y ellos eran profesionales. Sí, pero el caso es que el balón se lo quedaba el otro cuando de lo que se trataba era de quitárselo.

Hoy podemos afirmar sin temor a equivocarnos que este espíritu ha impregnado a todo el club por completo. El Madrid, al igual que Baúl es incapaz de quitarle el balón a un rival, es incapaz de fichar a un Cazorla o a un Villa, por el que ha llegado a ofrecer en torno a los ¡50 millones de euros!, pero eso sí, queda como un señor, porque tanto el uno como el otro han conseguido sendas sustanciales mejoras de su contrato gracias al interés del club blanco por hacerse con sus servicios. De nada, chavales. Tampoco podemos retener a Robinho, pero de los cuarenta y tantos millones que pedía el presidente por él nos van a dar con unos treinta... ¡y gracias! El ruso del Chelsea se tiene que estar refregando los ojos. Ver para creer. Él, al que no le importa pagar cantidades astronómicas por jugadores al borde de la retirada que en apenas un año son devueltos a su lugar de origen, pagando una cantidad irrisoria por un jugador como Robinho. No pasa nada, son "lances del juego" y quedamos tan colegas.

¿Cómo es posible que un jugador como Cazorla haya preferido quedarse seis años más en Villarreal antes que ir al Madrid cuando no hace tanto chasqueábamos los dedos y nos llovían de estos? ¿Cómo es posible que Villa prefiera seguir en un club que el año pasado tonteó con la segunda división antes que recalar en el Real Madrid cuando no hace tanto declaraba que le haría mucha ilusión vestir la elástica blanca? ¿Por qué jugadores del montón ya no quieren venir al proclamado "mejor club del siglo XX" por la FIFA? A mí estas preguntas me corroen, sobre todo porque me temo la respuesta. Y no es otra que el hecho de que los profesionales de esto de darle patadas a un balón están muy enterados de lo que se cuece en los vestuarios de los equipos. Qué no habrá dentro del madridista para que todos huyan como alma que lleva el diablo sin fijarse siquiera en la pasta que se les ofrece?

Se dice, se habla, se comenta, que el "mensaje" de los capos del vestuario a los supuestos dirigentes -y cuyos ecos hemos de suponer habrán llegado a los Villas y Cazorlas del mundo- es que hay una peña guay y molona, de colegas de toda la vida, y que traer a uno nuevo pues sería peligroso y tal. Que mejor no tocar mucho el vestuario no vaya a ser que se carguen el rollo dabuten que hay entre ellos, que es exactamente lo mismo que se oía antes de la rajada de Robinho. Sea o no cierto, el caso es que el Raúl Madrid es ya un hecho. Ni Huntelaar, ni Villa ni nadie que le pueda discutir el puesto al Mito. No más extranjeros (a la espera estamos que AS empiece la campaña para llevar a ese deshecho futbolístico llamado Joaquín al Bernabéu) que no son de aquí y no nos entienden. Filigranas con el balón, las justas. Fútbol de arreón y de "Salgado, pásame el pelotón que los arrollo". A morir con las botas puestas remontando contra el Málaga en una parodia de lo que han sido -eso sí, con buen juego aparte de la casta que a cualquier profesional se le supone- nuestras históricas remontadas europeas.

martes, agosto 26, 2008

La última esperanza.


A la hora de redactar estas líneas, la posibilidad de que 'el guache' Villa recale en el Madrid sigue siendo sólo eso, una posibilidad. En otro ejemplo de lo bien que Calderón y Mijatovic hacen las cosas, apenas a una semana del comienzo de la Liga y del cierre del mercado, han perdido el trasero para hacerse con los servicios del 'pichichi' de la pasada Eurocopa. Al final parece que la plantilla no estaba tan cerrada como insinuaba el canoso presidente.

El que parece seguro es Cazorla. Vaya resumen del verano: empezamos tirándole los tejos al considerado mejor jugador del mundo y acabamos trayendo a un lateral del Villarreal cuyo mayor logro ha sido chupar banquillo a las órdenes de Aragonés... y con Robinho dando un portazo camino del londinense barrio de Chelsea. Si ponemos un circo nos crecen los enanos y los ficha a todos el far$a para la sección de baloncesto. Pero en fin, ya estamos acostumbrados a tener plantillas cerradas la última semana de agosto y a que los faxes dela Federación echen humo a las 23:59 del 31 del susodicho. Esperemos que a Cazorla le vaya bien y gane muchos títulos para el Madrid y todas esas cosas y vamos con Villa, que es el que nos interesa.

Y nos interesa porque, pese a sonar para el Madrid desde la pasada temporada, no se está concretando su fichaje hasta ahora. La razón es simple: Villa no tiene sitio en el Madrid porque ocupa la plaza de Baúl, pero con un pedigrí que avisa que el capitán incombustible no iba a tener tan fácil ejercer su papel con el asturiano como lo ha tenido con Ronaldo, Robinho, Eto'o y tantos otros. Villa es un jugador español y eso gusta al sector -perdón, quiero decir "a la secta"- del madridismo que más idolatra al Pollo. Encima es bueno, ha encabezado la tabla de goleadores en la pasada Eurocopa e importantes clubes europeos le han seguido la pista. Pero sobre todo lo primero, el ser nacional, le da muchos puntos tanto ante los citados madridistas del palillo en la boca, los conocidos como los "piperos", como ante la prensa mal llamada "madridista". Dicho de otra manera, si alguna vez ha existido un jugador capaz de disputarle el puesto al pollo, es Villa.

Por eso el vestuario -es decir, el Pollo, el mechas y el modelito de los tatuajes- vetaron su fichaje. Sin embargo, por estas cosas que tiene la vida, la marcha de Robinho obliga al Madrid no sólo a gastarse los cuartos que pague el ruso en un fichaje, sino hacerlo en un crack. Las cifras que se manejan son mareantes. El Valencia habría rechazado una oferta de 47 kilos y podría haberse alcanzado un acuerdo por el que Villa sería madridista a cambio de 52 millones más incentivos, al mismo tiempo que Saviola se largaría al New Castle o un equipo de esos. ¿Caro? Qué va. Por librarnos del cadáver narigón cualquier cantidad es aceptable. Repito: Benzema costaría lo mismo, Huntelaar sería más barato y ambos encajarían mejor en el perfil de delantero que Schuster habría pedido. Pero el primero sería suplente o sentaría a Van Nistelrooy, y el segundo sería suplente de su compatriota. Villa es el único que puede sentar al Pollo. Si le quitó el "siete" en la selección, ¿por qué no soñar con que se lo quite en el Madrid? Villa equilibraría la balanza mediática que siempre está decantada al Pollo Loco y explica en gran medida su Eterna Titularidad. Además, no tiene pinta éste de ser de los que se callen. A diferencia de otros delanteros que superaron al Pollo en efectividad y juego, como Owen, Villa no tiene pinta de aceptar sumisamente sentarse en el banquillo y luego ir a la rueda de prensa a contar las excelencias del superhombre de los pulgares en la espalda. Éste ya ha probado la sangre rauliana, ha tenido la osadía de retirarle de la selección quitándole el "siete", cosa impensable entonces, y no hay síntomas de que esté por la labor de cambiar su actitud.

Por otro lado, Villa podría ser un refuerzo, y de peso, para ese sector del vestuario que estaría orbitando alrededor de Casillas, cada vez más alejado del nucleo carvajal. En ese sentido, 50 millones por un jugador de 27 años es una nadería. Vaya, si a alguno le parece caro que piense que por ese precio podemos sentar al Pollo y a sus secuaces, lo cual significaría jugar con once. Es decir, que esos 50 kilos valen por tres: el exvalencianista más Higuaín y De La Red, pongamos por ejemplo. Caso de llegar, Villa ocupará un lugar preeminente en nuestra santa Cruzada. No es baladí que provenga de la tierra en la que el Cid logró sus últimas hazañas.

lunes, agosto 25, 2008

¿Con nueve? Sí, como siempre.


Me ha chocado el asombro que ha producido la remontada madridista en la vuelta de la Supercopa. Con el empate a uno en el marcador, que daba el título al Valencia, la expulsión de Van Nistelrooy supuso que el Madrid quedara con nueve para obrar el milagro (su compatriota Rafael había visto la roja directa en el primer tiempo) de no sólo no encajar más goles, sino marcar al menos uno más. Pues el Madrid consiguió endosarle tres chicharros al Valencia con dos jugadores menos. Sí, en condiciones normales eso sería la releche. Pero es que resulta que el Madrid lleva desde hace años jugando con diez, ya que el Eterno Capitán no aporta nada al juego, y desde hace algo menos, con nueve, bien sea por la presencia del Neanderthal de las mechas, alias "il due", bien por la de Guti, alias "capitán, oh, mi capitán" por la tendencia que tiene a buscar el pase imposible siempre hacia la nariz con patas sin importar el que pueda haber un compañero (¿?) mejor posicionado para recibir ese pase.

Ayer el Baúl de los Recuerdos y su lugarteniente salieron en el once titular, por lo que jugamos desde el principio con nueve. Bueno, con ocho, porque Guti no sólo es que no aporte nada al equipo, es que se convierte en el mayor destructor de juego del equipo contrario al entregar a los jugadores que no visten de blanco todas y cada una de las pelotas que recibe. Eso sí, previa ralentización del juego. Cuando el chico de los tatuajes recibe el esférico hace una de las siguientes cosas: pasa hacia atrás hacia otro madridista, con lo que anula cualquier posibilidad de ataque rápido con circulación de balón, o bien se para, piensa, y cuando el equipo contrario ya está colocado intenta un pase imposible que acaba en las botas del rival para que éste nos coja de sorpresa. Esto cuando tiene el balón, porque cuando no lo tiene se dedica a entrar al rival, pero no como lo hace un futbolista, sino como lo hace un ligón de discoteca que acaba de ver a una víctima (o víctimo) solita/o en la pista de baile. La presión de Guti consiste en orbitar alrededor del que lleva el balón como quién disimuladamente se acerca a esa gachí que se contonea cubata en mano. Así, como quién no quiere la cosa. El resultado es el mismo, sólo que en vez de un "piérdete, imbécil" el contrario se limita a acelerar un poco el ritmo dejando atrás al rubio mostrándole el culito.

"sí, sí... anda, que si no os hubiera dado ese pase en el centro del campo"

Así que el Madrid empezó jugando con nueve, terminó la primera parte jugando con ocho por la expulsión de Rafael, y acabó el partido jugando otra vez con nueve ya que el Pollo y su acompañante fueron sustituidos por Higuaín y De La Red, quiénes para mayor "inri" lograron el cuarto y tercer gol respectivamente. El argentino, con la rapidez y la pillería que jamás se le ha vuelto a ver al Pollo desde que le operaron de apendicitis, igualó, con una cantidad de minutos de juego considerablemente inferior, el registro goleador de la canterana nariz, mientras que De La Red, aparte de no dedicarse a perder balones o buscar desesperadamente a Diarrá para que distribuyera el juego, le clavó una bolea desde fuera del área a Hindelbrant que lo quedó bizco. El próximo fin de semana, en Riazor, donde llevamos la tira de años sin ganar, lo lógico sería que ambos jugadores salieran en el once titular. Por mucho que berreén la hordas raulistas, lo visto en el partido de ayer, en el que hicieron mucho más en veinte minutos que los dos cadáveres en todo el partido, es motivo suficiente para darles una oportunidad en un estadio, además, en el que hace siglos que no puntuamos. Pero como todos sabemos, Schuster pondrá al duo calatrava. ¿Por qué? Y yo que sé. Lo sucedido ayer vale como prueba para abrir los ojos a todo aquél que aún defienda la titularidad del Pollo, de su apéndice nasal y de su otro apéndice, el Guti. Es que más no pueden hacer los Higuaín y los De la Red de turno, es que salen, juegan con nueve, lo hacen mejor y encima marcan sendos goles. Es que nadie podría poner en duda que el Astro y su Cometa necesitan jarabe de banquillo en dosis extra, que sería lo mejor para el madridismo. Es que lo contrario, convertir el partido frente al Depor en otro remake de "La noche de los muertos vivientes" sería impensable porque, además, no es que los susodichos hayan firmado una mierda de partido, es que han hecho lo que siempre hacen, lo que aquellos que no tenemos comido el coco por los Roncero de turno, esperamos de ellos.

En otro gesto que le honra, el Capitán Inmortal, que había tenido que ceder el brazalete al de la selección, a Casillas, al que levantó la Eurocopa, perdió el culo por recuperarlo una vez hubo acabado el partido. Con una desvergüenza que incluso superó su apéndice nasal -y a la que ninguna persona decente se acostumbra por mucho que la exhiba aún más que éste,- el que no había hecho nada, pero nada, pero nada, nada, nada... que sí, que nunca hace nada, pero es que ayer hizo incluso menos que eso, se encargó de recoger y alzar el trofeo para deleite y gozo de la secta, mientras Benito Floro, desde los micrófonos de Tele5, exaltaba su carisma destacando la incidencia que había tenido en el 2-1 ya que, al parecer, había tocado el balón unos minutos antes. No existen pruebas de tal afirmación. De hecho, hasta que no habían pasado diez minutos de partido, nadie vio a Baúl tocar un balón. Pero por siguiendo el razonamiento de don Floro también había que exaltar la participación, el compromiso, la entrega del último recogepelotas por cuyas manos hubiera pasado el esférico y que, sin duda, habría jugado con más criterio que el Eterno Mito.

- ¡Aquí tenéis la copa que YO he ganado para vosotros, chusma! Disfrutadla mientras oléis la fragancia de mis sobaqueras adobadas con el esfuerzo que tanto admiráis.
- ¿Quién ha sido el que ha empujado a Casillas escaleras abajo?

viernes, agosto 22, 2008

Robinho hace las maletas.

¿Cómo un jugador que en el 2005 rechazó cobrar el 40% que le correspondía de los 50 millones que estipulaba su cláusula para que su contratación por el Madrid no superara los 35 millones de la oferta definitiva que el Madrid hizo al Santos por hacerse con sus servicios concede hoy una entrevista a EFE en la que manifiesta su deseo de abandonar el club y su intención de no volver a jugar con la camiseta madridista?

Con sus declaraciones de hoy, Robinho da por finalizado su contrato con el Real Madrid, que sólo ha de preocuparse por sacarle lo máximo posible al Chelsea, algo harto difícil. Después de darle el empujón definitivo haciéndole entender que sólo era valorado como moneda de cambio en la operación para el fichaje de Cristiano Ronaldo empujándole así a los brazos del Chelsea y de Scolari, los actuales gestores del club han tomado por idiotas a los aficionados al asegurar que Robinho seguiría la próxima temporada. ¿Para qué? ¿Para cobrar menos que Salgado? ¿Para asistir a las evoluciones del Capitán Insustituible en el terreno de juego? ¿Para seguirle la jugada, esperando un pase que jamás habría de llegar dada la insistencia del cadaver narigudo en finalizar la jugada con su inigualable estilo, a saber: estrellándose contra dos o tres defensas que le estuvieran esperando? Robinho llegó con la idea de convertirse en el mejor jugador del mundo, pero en este Madrid es imposible. Quién parte y reparte en el vestuario no está por la labor de ver a otro alcanzar esa cúspide y, lo que es peor, tampoco tiene el deseo de hacerlo. Robinho viene a sumarse a la larga lista de jugadores que no pueden encajar en este equipo, que no pueden desarrollar su potencial y que, a la postre, acaban por abandonar. Ronaldo, Baptista, Owen... las muescas se acumulan en la culata del Eterno Insustituible con el alborozo de la prensa, quién ve en los continuos fracasos de todos los proyectos de crack, o sencillamente de jugadores que han demostrado una calidad muy superior a la del "Mito", capítulos que añadir a su leyenda. Sencillamente patético.

Todos recordamos el debut de Robinho en Cádiz, que maravilló al mundo. A partir de ese momento era de esperar que ese diamante en bruto fuera pulido con el apoyo de sus compañeros. Jamás volvió a aparecer ese Robinho. Entre aquél partido y el siguiente, las imágenes de Raúl separándole del resto del equipo durante un entrenamiento, seguramente para explicarle cómo funcionan las cosas ahí dentro y quién tiene la sartén por el mango. Dicho de otra manera, que su fútbol no tenía cabida en estilo paleolítico, perrero y de patio de colegio de las Hurdes del siglo XIX que caracteriza al imperante en el Real Madrid desde que el capitán pegado a una nariz se hizo con las riendas del vestuario. Cuando se denigraba la figura del jugador diciendo que se montaba una orgía en la que hacía uso de cuarenta condones, ¿salió el capitán a defender a su jugador? Nunca. Cuando se le quitaba valía dando a entender que era prescindible y que si salía adelante la operación Cristiano se le abrirían las puertas para pagarla, ¿salió el capitán a hablar de la importancia del jugador, al cariño que se le tenía o algo así? Jamás. ¿Y alguien se asombra que ahora, en cuanto le ha salido una buena oferta, esté dispuesto a dejar de jugar si le obligan a quedarse?

Lo peor de todo es el desencanto con el que este chico, quién perdió dinero para poder llegar al Madrid cargado de ilusiones, se marcha. Trajimos una sonrisa y, tres años después, enviamos una mueca de pesadumbre, que es la única que se le puede quedar a uno tras pasar ese tiempo junto a Raúl, que de todos es sabido que es la alegría de cualquier fiesta.

A la derecha, Robinho en su debut en Cádiz, a la izquierda, dos años después junto a la trigésima Liga del Madrid, su primer título como madridista con gesto de "joder, qué coñazo, ¡con las ganas que tengo de corretear!"


Robinho es irrecuperable como jugador del Real Madrid. Al menos tenemos que agradecerle que haya sido sincero y que nos permita ingresar unos 37 millones de euros. Podrían haber sido más, pero con la panda de ineptos que dirigen el club sería casi un milagro sacar esa cantidad. El chico había tomado la decisión de marcharse hace tiempo, y Calderón ha preferido mirar para otro lado. Por supuesto, la realidad, siempre terca, se ha empeñado en no seguir los deseos de este émulo de ZP (¡hasta en esto!) y las declaraciones del jugador nos han cogido a contrapié. Ahora hay que soltarlo como si quemara, porque cada día que pase, el Chelsea puede ir rebajando esa cantidad y quedarse tan pancho. Fijo que hasta eso lo hacen mal. Claro que tampoco descarto el que hayan mareado el asunto para que fuera él quién forzara su salida y así culminar el "proyecto" calderoniano, a saber, liquidar todo lo que oliera a fichaje de Florentino.

Si la plantilla era a todas luces insuficiente siquiera para revalidar el título de campeón de Liga -algo que no puede negar nadie tras asistir al espectáculo que han sido los partidos de pretemporada- ahora no tenemos segura ni la champions. Robinho era el único jugador capaz de hacer un recorte y lanzar a puerta desde fuera del área. Suena duro pero es la verdad. Y si a la secta rauliana lo que le rechifla es tener a once ladrillos que imiten a su capitán y que sean incapaces de dejar una pizca de calidad en los 90 minutos que deambulan en el terreno de juego, que se hagan seguidores de algún Tercera Regional, que seguro que encuentran lo que quieren. Es más, que se lleven a su Raúl y se vayan a hacer puñetas con él. Con lo que tenemos no podemos ni ir a recoger una herencia. Para el capitán Pollo Loco, cojonudo: a menor calidad, nadie le va a disputar el puesto. Tampoco a su Guti, el jugador-anuncio por su capacidad de ralentizar el juego del Madrid hasta el punto de permitir a los espectadores hacer zapping cada vez que le llega el balón.

Y a ver a quién fichamos. En cerebros normales que manejaran un club normal, en cuanto cayeran esos treinta y tantos kilos habría que ir como locos a fichar al sevillista Capel, más que nada para tener a alguien que juegue en banda. Su fichaje es más que posible ya que no ocupa una posición natural para el Pollo Loco, así que éste daría su bendición. Además, tiene llegada y centra, con lo que le ayudaría a seguir construyendo su leyenda (más goles que Santillana, más goles que Di Stéfano, etc.) que es el único objetivo que parece marcarse el Madrid de un tiempo a esta parte. Lo de un delantero centro capaz de marcar goles sin que el balón rebote en él, sin rozar el lanzamiento de otro compañero a puerta, o sin estar ahí ratoneando, es harina de otro costal. Villa sería el perfecto, pero éste, que ha jugado en España, no es tonto. Sabe que lo de sentar al insustituible está más negro que el sobaco de Diarrà, así que ya está por la labor de renovar con el Valencia. Habrá que tirar de Huntelaar, que igual desconoce lo que se fragua en ese vestuario y se viene aquí pensando que, con jugar bien y meter goles, lo tendrá todo hecho. Pero al igual que sucede con Villa, habrá que ver si el capitán da su visto bueno, que va a ser que no.

Robinho podría haber sido un gran jugador. Cualidades las tenía de sobra, como demostró en Brasil y aquí apenas hubo aterrizado. Pero es imposible crecer en el Raúl Madrid. El daño que este canalla narigón le está haciendo a la entidad es inconmensurable. Mientras siga en el equipo, durante todo ese tiempo que el banquillo esté ocupado por alguien carente de huevos para sentarle por no hacer nada, no vamos a tener nada que se acerque a un "crack". El espíritu narigón va a impregnar a todos con su fútbol tosco, desordenado, cutre y casposo. Como dije en el blog de "Fans del Real Madrid" hace unos día, el concurso de La Secta "El muro infernal" es el mejor ejemplo de lo que es, de lo que viene siendo, y de lo que va a seguir siendo si nadie lo remedia, el Madrid. El muro es la prensa y "el entorno", el concursante es el jugador, el hueco son las directrices que marca Raúl. Si no eres capaz de adaptarte a ellas -es decir, de convertir una pose de hombre normal en una grotesca y esperpéntica, lo más alejada posible a la normalidad- el muro-prensa se barre, te arroja al agua y de ahí nadando a Italia o a Gran Bretaña.

lunes, agosto 18, 2008

Más que mil palabras, sí señor.

Tras los primeros tests físicos organizados por Di Salvo, el capitán firmó los mejores registros en las series de 800 metros (resistencia), por delante de Ramos, Pepe y el resto de una plantilla que admira a su 'jefe'. Un buen amigo de Raúl me dio la clave: "Pocos le conocen. Lejos de venirse abajo por no haber ido a la Eurocopa, ahora no parará hasta ganar la Décima y lo que se le ponga por delante".

(Tomás Roncero, diario AS, 21/VII/2008)
Por "Rey de Europa"

Más que mil palabras


El Titular Indiscutible y Capitán Perpetuo del Real Madrid no puede ocultar su dicha ante el trofeo de campeones de Europa de selecciones conquistado por España sin él. Bofetón tremendo para aquellos que insinuaban que dicho título le había sentado como una patada en el estómago. ¡Si hasta aplaude a los internacionales que estaban siendo homenajeados! -dirán algunos-, ignorando que en la nariz pegada a un hombre ése es un gesto automático. Los seres humanos pestañean y respiran sin ser conscientes de ello; Raúl, además, hace chocar las palmas de sus extremidades superiores.

La derrota en la ida de la Supercopa demuestra, además, que La Leyenda tiene más razón que un Santo: tenemos equipo para ganar la Champions; de aquí al infinito y más allá; el cielo es el límite. Cierto que el Madrid nunca fue superior a su rival, que gozó de más oportunidades de gol y que el palo y Casillas explican por qué los de Emery no recibieron el trofeo de la Supercopa al acabar el partido porque el resultado lógico habría hecho anecdótica la vuelta en el Bernabéu, pero la explicación se halla en el mediocre partido que, para asombro de todos, realizó el Capitán Eterno. Seguro que en cuanto se centre no habrá rival que nos detenga. Momento álgido del partido ese en el que, teniendo a Robben sólo corriendo junto a él, en vez de pasarle el balón prefirió llegar sólo ante el portero rival atravesando a tres defensores contra los que acabó impactando ante la desesperación del holandés. Pero sólo a los elegidos como Raúl se les permite emular a Maradona.

¿A qué fue debido este nefasto partido del Capitán, de nuestro Capitán, Oh, mi Capitán. Acudamos a los textos sagrados:

Muy lejos del marco ché no ha sido capaz de contactar con Van Nistelrooy. Gran parte del partido ha estado encajonado entre la medular de ambos equipos sin encontrar las zonas donde realmente crea más peligro.

Es decir, que no ha jugado en su posición. Lo de siempre. "Ha estado encajonado" en un lugar que no es el suyo. Lo de todos los años. Portada del Marca para mañana o pasado mañana: entrevista exclusiva con Raúl: "Le he pedido al míster que me ponga más cerca del área". Sensación de deja-vú. Como con Capello, no hay constancia de que se le haya ordenado "encajonarse" en la "medular" de ningún equipo. De hecho, aunque no se le ha visto hacer nada, hay testigos capaces de asegurar que, en las contadas ocasiones que hacía acto de presencia, las hacía más cerca de la portería del contrario que de su medular.

Pero que no decaiga el ánimo. Su sustitución por Guti hace soñar con un enfrentamiento entre las dos divas por hacerse un hueco en el once titular. El que no se contenta es porque no quiere.